Nebrija

Opinión:

¿Qué sabemos de "Nebrija" realmente? Nada, o, como mucho, que fue el autor de la primera gramática castellana, publicada en 1492. Y que dio nombre a una universidad, y que este año se cumplen 500 años de su fallecimiento y varias instituciones están intentando recuperar su figura.

Lo que no sabemos es que además fue un humanista e intelectual muy destacado en la época, un hombre con fuertes convicciones que las defendió con vehemencia enfrentándose a quien hiciera falta. Su lucha contra la ignorancia y la barbarie le generó no pocos problemas, ya que llegó al punto de cuestionar que, con cada traducción y copia de la Biblia, se habían cambiado cosas importantes, malinterpretando significados. Había que tener valor para soltar una cosa así en un contexto en el que la Iglesia tenía tanto poder y la Inquisición castigaba con fuerza a cualquiera que llevara la contraria.

En este cómic, Agustín Comotto nos habla de la vida de este hombre fascinante, que rememora su vida con la "excusa" del juicio en el que pretenden calificarle como hereje y quitarle de en medio políticamente. Se habla mucho del contexto histórico en el que se movió, de lo más ajetreado, por lo que se agradece el Dramatis personae que hay al final. Y es que Nebrija estuvo en medio de muchos juegos de poder políticos, además de ser uno de los representantes del cambio y el Renacimiento en un país que no estaba del todo preparado para cambiar.

La edición está muy bien cuidada y las ilustraciones son además preciosas y detalladísimas, con un uso maravilloso del color que te transporta a los diferentes ambientes. Con trazos bastante gruesos en las caras pero manteniendo el estilo realista, tanto en las vestimentas como en los escenarios se nota un gran nivel de precisión y una profunda documentación en la que al autor no se le escapa nada.

En definitiva, es un cómic muy bello estéticamente y que nos habla de un hombre fascinante cuya vida está bastante olvidada, pero que tenía algo de heroico en su lucha por sus convicciones. Muy recomendable.

Déborah F. Muñoz